jueves, 11 de octubre de 2012

ECHEVERIA AGAVOIDES

Echeveria es un género de suculentas pertenecientes a la familia de las Crassulaceae que crecen en forma de rosetas. Casi todas las especies de Echeverias proceden de México, pero también hay especies en Centroamérica y en el noroeste de Sudamérica. Existen cerca de 400 especies.
Deben su nombre al botánico e ilustrador mexicano del siglo XVIII Atanasio Echeverría Godoy

Echeveria Agavoides es una de las más comunes y populares dentro del género. Es una roseta de hojas gruesas que terminan en una punta de color rojizo.
Es muy poco exigente en cuanto a sus cuidados.
Necesita una posición bien iluminada durante todo el año. No le molesta la luz directa del sol siempre que no sea en las horas más intensas. Si se tiene en interior, conviene situarla lo más cerca posible de una ventana.
Florece en primavera. Sus flores, de un tono rosa anaranjado, aparecen en el extremo de un tallo floral muy alargado.
Hay que regarla regularmente pero con moderación en el periodo vegetativo. Tolera muy bien periodos de sequía, pero un exceso de agua pudre sus raíces. Durante el invierno el riego debe ser escaso, justo para que no se seque la planta.
Amacolla con facilidad y es fácil de propagar separando los hijuelos que nacen alrededor de la planta. También es fácil propagarla mediante esquejes de hojas.

Mi Echeveria Agavoides fue parte de una compra que hice hace unos dos años en un centro de jardínería de mi zona.
Aunque la Agavoides ya me gustaba anteriormente, compré ésta planta en particular porque me daba bastante pena. 


En la fotografía se aprecia que las hojas están ¡¡¡PINTADAS!!!. La pobre planta tuvo que sufrir que a alguien se le ocurriera la "feliz" idea de que estaría más bonita y llamativa pintada así... un truco detestable para favorecer la campaña de Navidad que acababa de terminar. Igual de odioso que cuando te encuentras cactus con unas ridículas florecillas de papel pegadas con silicona. Y lo bueno es que picamos y nos creemos que son de verdad (yo misma me lo creí cuando comencé a aficionarme por éste tipo de plantas ya hace unos cuantos años).
La pobre se merecía algo mejor, así que con mi santa paciencia fuí retirándole poco a poco y con cuidado de no dañar las hojas todos los restos de pintura que pude.


La saqué del tiesto de plástico donde venía, le limpié un poco las raíces y la trasplanté a un nuevo tiesto con sustrato mezcla de sustrato universal de calidad y sustrato para cactus con algunas piedrecillas para favorecer el drenaje.

La primera maceta que tuvo fue de plástico porque quería tenerla ligeramente húmeda para que espabilara (siempre controlando el riego). La maceta tenía 20 cm. de diámetro, así que podéis haceros una idea del tamaño de la planta al principio.


Apenas unos cuidados y una posición protegida y la pobrecilla lo agradecío poniéndose bien guapa y regalándome flores en la siguiente primavera.

Inicio de la formación de las varas florales

Varas florales en desarrollo



Detalle de la flor
Cuando ésta floración terminó trasplanté de nuevo la planta, pero esta vez a una terrina de barro del mismo diámetro que la anterior.  Empezó a crecer y a dar hijos y así es como está ahora.




Esta planta me encanta, y además, le tengo un cariño especial.
Hasta pronto