lunes, 5 de agosto de 2013

GRAPTOPETALUM PARAGUAYENSE

Graptopetalum es un género de plantas suculentas perennes perteneciente a la familia Crassulaceae, nativas de México y suroeste de los Estados Unidos y que comprende unas 12 especies.
Fue definido en 1903 por el botánico Joseph Rosa. Generalmente se trata de plantas de porte casi rastrero (postrado) con hojas gruesas espátulo-abovadas que forman rosetas; suelen ser de color gris o verde grisáceo. Las flores se presentan en panículas y son normalmente blancas y con forma de estrella.
El nombre en latín del género "Graptopetalum" se refiere a una característica que define al grupo: los pétalos de sus flores, a menudo parecen estar "grabados" en su superficie por puntos o líneas de células de tono marrón rojizo. Es fácil en éste género que las diferentes especies hibriden entre si.


La especie Graptopetalum paraguayense es una de las más conocidas del género. Es nativa de México. Se la conoce también como "graptopetalo", "planta madre perla", "planta fantasma" o "Sedum weinbergii".





























Hojas de color verde grisáceo con zonas rosadas, que tienen una capa cerosa que las protege, y forman una roseta al final de un tallo alargado. Las rosetas crecen rastreras al principio pero poco a poco van alargándose los tallos.
Las flores son de color blanco en forma de estrella y comienzan a formarse a mediados-finales del invierno, abriendo normalmente en la primavera.

Inicio de la formación de las flores

































Necesita muy pocos cuidados. Le gusta una zona muy luminosa y no le importa el sol directo, ni siquiera en las horas más fuertes del verano, aunque agradece un poco de sombra parcial algunas horas. La temperatura ideal de cultivo estaría entre los 15 y 25 grados.
El riego debe ser moderado en verano (esperando a que el sustrato esté seco antes de volver a regar), y casi nulo en invierno para favorecer su reposo. Cuando empiecen a aparecer los brotes florales se puede aportar algún riego ligero siempre que el tiempo no sea demasiado frío para evitar que se pudran las raíces (vigilar la aparición de manchas marrones en la base de los  tallos). Al regar hay que procurar no mojar las hojas para que no pierdan su protección cerosa.




En interior, mantener en invierno alejada de la calefacción, en un lugar luminoso y fresco (entre 5-10 grados centígrados). En exterior resguardar de las heladas y mantener en seco.
Se puede cultivar en un buen sustrato para plantas crasas aportando una cantidad de arena o pequeños guijarros para favorecer el drenaje.
En verano puede aceptar abonados espaciados con un abono líquido especial para plantas crasas.
Es muy prolífica y aunque se puede reproducir por semilla, es más sencillo hacerlo por retoños y por esquejes de hoja. Cuando cae una hoja es muy fácil que enseguida desarrolle unas pequeñas raicillas y arraigue. Para mantener la planta con un buen porte es conveniente no manipularla en exceso, por la facilidad que tienen sus hojas en caer, y que pueden dejar los tallos desnudos, afeando mucho su aspecto. Por eso, si la cultivamos en maceta es conveniente no trasplantarla hasta que sus raíces asomen por el fondo. El mejor momento para el trasplante es la primavera.

Plántula nueva a partir de una hoja

Puede ser atacada por la cochinilla y la mosca blanca. Existen productos comerciales para tratar estas plagas, pero cuando se trata de cochinilla algodonosa, a mi me suele funcionar pulverizarla con una mezcla de agua y alcohol de quemar (1-3 aprox). Eso si, mejor no pulverizar cuando la planta está expuesta a pleno sol porque se pueden quemar las hojas. Y si tenéis pacienca podéis quitar la cochinilla manualmente con un palillo.


Hasta otra...